lunes, 3 de julio de 2017

Miradas: "Saló o los 120 días de Sodoma" de Pier Paolo Pasolini.

"El Decamerón" (1971), "Los cuentos de Canterbury" (1972) y "Las mil y una noches" (1974) formaron la Trilogía de la Vida. El asesinato en más que extrañas circunstancias de un Pier Paolo Pasolini que estaba empezando a molestar a mucha gente "poderosa" impidió que su Trilogía de la Muerte tuviera continuación tras "Saló o los 120 días de Sodoma". Las dos partes restantes no pudieron realizarse.

Basada en la novela "Las 120 jornadas de Sodoma o la escuela de libertinaje" del marqués de Sade, que fue escrita durante su estancia en la prisión de Bastilla, el fascismo es el corazón de la crítica de Pasolini ("Saló" transcurre en el norte de Italia, durante los años 1944 y 1945, en plena ocupación nazi-fascista), quien pasó parte de su pubertad en la República de Saló (un Estado títere de la Alemania nazi que existió durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial) mientras era testigo de las brutalidades del ejército italiano. Algunos de sus recuerdos le llevaron a la conceptualización de "Saló o los 120 días de Sodoma".


Pasolini reveló que la cinta era bastante metafórica. Un ejemplo del simbolismo de "Saló" es la escena del banquete de heces, que pretendía ser una denuncia hacia la producción de alimentos en masa a los que llamaba basura inútil. Se trata de una radiografía del fascismo muy innovadora (polémicas a parte), de la inevitable sumisión al orden y de la represión donde todas sus escenas parecen querer decirnos a gritos algo distinto a lo que estamos viendo (o no, ya que hay quien considera la cinta puro exploit). Quizás puede que sea una interpretación algo "amable" aunque tiene su lógica.

¿Qué pasa en "Saló"? Cuatro individuos muy poderosos (¿por qué no están nunca en las listas de los villanos de la historia del cine, por cierto?), el Presidente, el Duque, el Magistrado y el Obispo, con la ayuda de varios colaboradores, secuestran a dieciocho jóvenes (nueve mujeres y nueve hombres) y los conducen a una apartada mansión próxima a Marzabotto con intenciones que no son muy bonitas precisamente. Los acompañan cuatro exprostitutas, también ayudantes, cuya función será la de narrar historias que estimulen a los señores poderosos, quienes entonces comenzarán a explotar de manera sádica y sin límites a sus víctimas después de haber establecido las reglas del juego sin que nadie pueda eludirlas ya que toda transgresión es castigada con la muerte. Además, ellos gozan de la facultad de disponer a su antojo de la vida de los cautivos.


El largometraje se divide en cuatro partes o segmentos relacionados con el Infierno de "La Divina Comedia" de Dante Alighieri: Anteinfierno, Círculo de las manías, Círculo de la mierda y Círculo de la sangre. Anteinfierno es la parte más corta de la película, donde los jóvenes son capturados. La espiral comienza a cobrar vida antes de lo que nos imaginamos. A partir de aquí, "Saló" muestra 3 de los 120 días transcurridos en el palacio y las aberraciones y torturas van subiendo a medida que transcurre el tiempo. En la segunda parte, el Círculo de las manías, una de las prostitutas cuenta historias de la novela del marqués de Sade. Después da comienzo el Círculo de la mierda donde varios personajes polemizan sobre el hecho de haber asesinado a sus madres e incluso sobre que a una madre no se le debe nada simplemente por haberse liado con un hombre (un tema habitual de Sade). Esto hace que una de las muchachas capturadas llore, pues su madre falleció en un intento de liberarla mientras era apresada y el Duque le obliga a comerse sus heces. Entonces, tras escuchar unos relatos coprofágicos de la prostituta, los señores prohíben defecar a los jóvenes durante un día completo ya que sus excrementos serán servidos en un gran banquete. Para el rodaje, las heces fueron creadas con salsa de chocolate y mermelada de naranjas. Por si esto fuera poco, se realiza una especie de concurso de los mejores culos donde el ganador aparentemente moriría en el acto. El final de este Círculo de la Mierda pronostica los horrores y crueldades a los que asistiremos en el siguiente segmento. En esta última parte, el Círculo de la Sangre, las torturas más espantosas posibles se desencadenan sin límites. Vemos a dos colaboradores contemplar todas las atrocidades de una manera tan indiferente que hasta se aburren y deciden bailar un vals juntos, retrato del conformismo de las masas y la desensibilización a la violencia.


La polémica acerca de la película existe hasta el día de hoy, con muchas personas elogiando la película por su intrepidez, libertad y actitud en contemplar lo impensado y lo inesperado, el lado más oscuro y asqueroso del hombre, mientras otros la condenan categóricamente por ser una pretenciosa película de explotación sin más allá que mostrar lo más vulgar y sádico del ser humano. 

Contiene un ritmo frenético. Sin pausa. No hay momento para el descanso."Saló" ha sido prohibida en varios países debido a su gráfico retrato de la tortura, el salvajismo, la violación, y el asesinato, además de que participaron en ella menores de edad. Por ejemplo fue prohibida en Australia en 1976, permitida en 1993 y censurada de nuevo en 1998. Tuvo muchísimos problemas de exhibición, tanto en Italia como en otros países de Europa occidental, por presuntos ataques a la moralidad y a las buenas costumbres. En España fue la primera película secuestrada por una orden judicial cuando ya había desaparecido la censura cinematográfica previa, en el año 1978, aunque después el mismo juzgado levantó el secuestro por no considerarla pornográfica.


Destaca lo muy cuidada que está la fotografía en toda la cinta, mucho más que en otras grandes obras de Pasolini como "Edipo Rey" (1967). Visualmente es muy potente (al margen de las duras imágenes: entiéndase potencia como un recurso). No estamos hablando de un director que haya pasado a la historia por su técnica narrativa a la hora de dirigir, pero con "Saló" se acerca a la perfección de la que tanto se había alejado en toda su filmografía. Cada escena, cada plano, parecen estar cuidados al milímetro.



La gran mayoría de su metraje es muy muy duro, excesivamente desagradable, aunque demasiado real por no hablar de cómo te deja por dentro tras su visionado al que conviene acudir "preparado". Muchos podrían pensar que puede contaminar nuestra mente el hecho de que la tortura, la violación, la coprofagia, el asesinato y la mutilación puedan ser mostrados, pero no olvidemos que esto es ficción, no es el mundo real. El eterno debate de los límites de lo que se puede enseñar y lo que no, de lo que es violencia gratuita y lo que no. Evidentemente hay cerebros que no son capaces de procesar las imágenes que se nos muestran y contextualizarlas. Para ellos el filme supondrá un verdadero calvario. Pero también tenemos que ser conscientes de las grandes calamidades cometidas por el ser humano a lo largo de la historia. El espectador con un mínimo de inteligencia ya no valora los límites de la crueldad de las imágenes y el fuerte impacto que las mismas puedan causar en él, sino cuáles son las motivaciones o pretextos para que su autor los sitúe de ese modo en pantalla o cuáles son sus reflexiones para darles ese trato.



Tratándose de quien se trata dudo que sus intenciones fueran simplemente atraer la atención de voyeurs con imágenes extremas. Y más cuando el resultado final es una película que cambió las reglas del juego, marcó a muchos espectadores, está muy lejos de ser amoral y es un referente absoluto dentro del cine libre. Pasolini nos pone a prueba y nos enfrenta a un poder absoluto del que no se puede escapar utilizando una provocación necesaria llevada al límite, políticamente incorrecta pero visualmente sublime.


"Saló o los 120 días de Sodoma" (1975). Dirección: Pier Paolo Pasolini.

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