miércoles, 27 de julio de 2016

Miradas: "El cazador" de Michael Cimino.

Las tres horas que narran esta epopeya, que para nada se hacen largas, están divididas en tres partes: la ilusión, la realidad y el desencanto. Su narración comienza en una boda y termina en un funeral.


Tres horas y tres amigos, amantes de la caza de ciervos, y que trabajan como obreros en una fábrica de fundición de acero, pasan juntos las últimas horas antes de despedirse para ir a luchar como voluntarios a la guerra de Vietnam, un conflicto bélico que les cambiará a todos la vida para siempre. Comienza con hombres en el trabajo , en el horno de las fábricas de acero en un pueblo en algún lugar sin especificar de Pennsylvania. Suena la bocina, el turno termina, los hombres van por el camino de una berlina para una cerveza. Cantan y parecen contentos. Es el último día de en su vida antes de sumergirse en el horror de Vietnam y lo que contemplan allí estigmatizará su destino a su regreso. 


La película se toma su tiempo durante su primera hora con estas escenas de apertura, con el molino de acero y el salón y en especial con la escena de la boda ortodoxa rusa y el partido en el American Legion Hall. Parece que Cimino malgaste el tiempo pero es muy importante para que conozcamos a los personajes y nos metamos en sus vidas, para sentir lo que ellos sienten. 


En su segunda parte, Vietnam ocupa absolutamente y de manera demoledora toda la pantalla, acercándonos a las experiencias de los tres amigos (Robert De Niro, John Savage y Christopher Walken) que tiene allí. Encontramos algunas de las secuencias más sobrecogedoras jamás creadas en la ficción, ya que los tres han sido prisioneros y son obligados a jugar a la ruleta rusa, mientras que sus captores apuestan por ellos. Un revólver con una bala se pasa de ida y vuelta entre dos prisioneros. Los espectadores son invitados a apostar a cual de los presos hará volar los sesos. 

En su última hora contemplamos quién regresa y quién no. Cómo regresa quien lo hace, su impacto en la comunidad y cómo se comporta quien se queda. 


Un drama de guerra dirigido por Michael Cimino, tocado por la gracia de Dios o de quien sea. Aunque no es exactamente una película sobre la guerra. Ni es anti-bélica ni es pro-bélica. Es más bien un largometraje sobre la amistad. Sobre como las circunstancias pueden estropear hasta niveles extremos las cosas más hermosas que tenemos a nuestro alrededor. La historia de un grupo de amigos y como la guerra de Vietnam entró en sus vidas y les marcó para siempre. Pero lo que sí es cierto es que es una de las mejores cintas que narran el horror de Vietnam. La ruleta rusa marca de manera simbólica a la película. El azar, el modo en el que las personas son sometidas a un juego. Este juego es la guerra en sí misma. En "El cazador" en ningún momento se muestra abiertamente su ideología pero sí se hace de manera metafórica, los personajes cazan animales al comienzo y en su segunda parte cazan personas y son cazados. 


El reparto es maravilloso. Es la última película del genial John Cazale, pareja de Meryl Streep (quien también interviene en el filme), que continuó actuando a pesar de que le habían diagnosticado cáncer de pulmón tras insistencias de Streep quien abandonaría su papel si lo hacía Cazale. El trabajo de dirección de es brutal y emocionante. La película de Michael Cimino es digna de estudio serio y ha sido tratada en innumerables análisis a lo largo de las décadas. 

Encontramos algunas ambigüedades en el comportamiento del personaje de Robert De Niro y no aparece bien definida la estancia de otro de los personajes en Vietnam, pero todos estos pequeños detalles son olvidados a medida que avanza la película. Ganó cinco Oscars y está considerada como una de las cien mejores películas de todos los tiempos en todas las listas habidas y por haber (y quien no la meta es porque es tonto). Hay que decir que se trata de una película totalmente emocionante dentro de una época en la que en Estados Unidos se hacía un cine realmente brillante. Muy, pero que muy imprescindible.



"El cazador" (1978). Dirección: Michael Cimino.

viernes, 22 de julio de 2016

"La academia de las musas" de José Luis Guerín.

Un día, Raffaele Pinto, un profesor de filología incategorizable, se encuentra con que su mujer cuestiona y critica el enfoque pedagógico de las clases de poesía que imparte en la "academia de las musas", en un posgrado de la carrera de Filología de la Universidad de Barcelona, cuyo fin es regenerar el mundo a través de la poesía.




Se trata de un experimento fílmico con un estilo sencillo pero fascinador, una extraordinaria docuficción del catalán José Luis Guerin, al que se le recuerda sobre todo por su mejor película, "En construcción" (2001). Aquí, Guerín, de quien estamos acostumbrados a que en sus trabajos se mezclen realidad y ficción, combina debate filosófico con comedia romántica dentro de un gran ejercicio cinematográfico.


Guerin fabrica la vida real a partir de hechos no ficticios pero moldeados. Bien es cierto que Pinto ha sido profesor de literatura en la Universidad de Barcelona desde hace más de cuarenta años y el director trabajó con él y sus estudiantes, que en la película conservan sus nombres reales, para poder desarrollar una trama estructurada. No obstante, "La academia de las musas" es pura ficción, pero aún así mantiene una especie de realidad de cara al espectador.


Las primeras escenas se desarrollan completamente en la Universidad, con discusiones entre el profesor y sus alumnos sobre el sentido de la poesía clásica y sobre todo, el rol de la mujer como musa del hombre, el cual Pinto defiende y algunas alumnas cuestionan con motivos de peso, para después pasar a encuentros privados entre el profesor y las alumnas.  Las conversaciones con su mujer, de fuerte carácter, ponen en duda la moralidad de Pinto, lo cual poco a poco va convirtiéndose en comedia romántica con un cierto toque experimental. 

A medida que transcurre la película, se traslada a otros espacios, como Cerdeña, donde Pinto y una de sus alumnas mantienen un debate sobre los ideales románticos. Aquí es donde Guerín desata en mayor medida su facción documentalista, en algunas de las mejores escenas del largometraje.

Una propuesta insólita, directa y seductora en la que personajes, todos ellos llenos de vida y totalmente transparentes que dotan a la película de una realidad tremenda, logran jugar a ser lo que no son. Donde lo que comienza con debates sobre las musas poco a poco se van transformando en situaciones en torno a las emociones, la inspiración y el amor.


"La academia de las musas" (2015). Dirección: José Luis Guerín.

martes, 19 de julio de 2016

Miradas: "¿Qué habéis hecho con Solange?" de Massimo Dallamano.

Henry (Fabio Testi) es un joven profesor inmigrante de italiano y gimnasia en una exclusiva escuela inglesa para mujeres. A pesar de estar casado con una frígida mujer (Karina Baal), flirtea con una de sus alumnas con un gran complejo de Lolita (Cristina Galbó). En uno de sus paseos, a orillas del Támesis, la alumna ve algo extraño entre la vegetación. Alguien persigue a una chica. El profesor no le cree, pero poco después halla el cadáver de Hilda, una compañera de clase de su alumna. El comisario Barth (Joachim Fuchsberger) se encarga del caso y pronto comienza a sospechar del profesor, quien se ve en el dilema de decir lo que sabe a costa de revelar su amorío con la joven estudiante.




En los giallos existe la costumbre de titular las películas con nombres larguísimos en ocasiones con referencias a animales pero que poco aportan a la trama principal, solamente siguen la moda de nombrarlos así. En el caso de "¿Qué habéis hecho con Solange?" el título es una de las claves de la película, pues Solange no se menciona hasta pasada la hora de metraje. Hasta entonces el espectador cree que estamos ante un thriller donde el adulterio es el tema principal y el foco de los asesinatos. Un macguffin excelente. Aquí es donde el puzle comienza a ser explicado y todo empieza a cuadrar de un modo solemne ante un gran número de posibles sospechosos. El realizador los había presentado previamente uno por uno en una gran escena en el colegio. Por si fuera poco nos los vuelve a recordar en la iglesia, en un funeral que sucede después de una elipsis temporal con el padre de una de las víctimas ante la radiografía de su hija realmente admirable. Además, la revelación final es sobrecogedora, admirable y muy bien explicada dentro de este whodunit. ¿Quién es el asesino de todos? De eso se trata. Debo confesar que me sorprendió bastante su resolución donde todo encaja perfectamente. Es un giallo que te hace pensar y te deja perplejo con su conclusión. Lo dicho: todo tiene sentido.

Sobresaliente largometraje de suspense y terror, con un planteamiento distitno a los giallos clásicos (excepto una de las muertes que aquí no vamos a desvelar en un evidente guiño a "Seis mujeres para el asesino", la gran obra de Mario Bava de 1964), con una audacia visual impecable (con especial mención para la iluminación de Aristide Massaccesi) y una temática complicada.



El director Massimo Dallamano arranca intensidad a la historia, la cual se desarrolla a modo de thriller enigmático, de manera que el espectador ignora en todo momento quién puede estar detrás de los crímenes y cuál es el móvil de los mismos. La película está rodada en Londres, aunque Dallamano tampoco pierde mucho rato en abusar de lugares específicos de la ciudad. Tan solo un pequeño paseo del matrimonio bordeando el Támesis y poco más ya que en la secuencia incial no se aprecia que estemos en dicha ciudad ya que podría ser un río cualquiera del mundo. Pero sí logra jugar con los edificios y la planificación de manera muy contenida. Uno de los momentos cumbre, cuando la mujer de Henry lo recoge en coche, está magníficamente planificado.

Dallamano también sabe sacar partido de las habitaciones repletas de cosas representativas de los años setenta. Se trata de uno de los giallos mejor realizados dentro de este subgénero. Los asesinatos no están tan planificados como en las películas de Argento, pero ahí se encuentra una de las virtudes de "Solange", que a pesar de no recrearse excesivamente en lo macabro logra transmitirnos esa sensación de suspense tan propia de estas cintas. Algunos asesinatos de producen el plena oscuridad y otros ni siquiera los vemos. 




Un guión perfecto y reflexivo. De hecho, la trama se introduce en terrenos de calado más sugestivo del habitual, donde entra en juego la moralidad sexual. Con algunas escenas espeluznantes, como cuando un sospechoso espía a las jovencitas duchándose. Los personajes y su evolución están perfectamente definidos.



Además de unos trabajos muy convincentes de Fabio Testi y Karin Baal en la interpretación cabe resaltar una magnífica banda sonora de Ennio Morricone en una de sus mejores contribuciones al género. El estilo que Dallamano le imprime a las imágenes de la película, acompañado por la distinguida música de Ennio Morricone, en su mejor trabajo para los giallos, ayuda al espectador a quedarse enganchado a la película totalmente. La obra de Morricone en la banda sonora es realmente brillante, donde combina horror con dulzura e inocencia presente en los momentos en los que aparecen las colegialas. Inquietante y lírico. Complementa muy bien a la acción.




Un thriller maravilloso que funciona a la vez como drama y como misterio gracias a unos personajes muy bien definidos. Este pequeño paseo por lo macabro es imprescindible tanto para los fans del giallo como del cine de terror en general. Una buena introducción para el género para quien todavía no haya visto nada de él...y que se vaya preparando para todo lo demás. Porque en el giallo hay mucho que ver y no es precisamente tan formal como esta gran película.




"¿Qué habéis hecho con Solange?" (1972) Dirección: Massimo Dallamano.



jueves, 14 de julio de 2016

"Berserker" de Pablo Hernando.

- "¿Vas a usar los nombres reales en el libro?

- No, los voy a cambiar.

- Mejor, así no se hace famoso. Que se joda".

Este pequeño trozo de una conversación entre los actores Julián Génisson y Rocío León forma parte de uno de los muchos magníficos diálogos que vamos a encontrar en "Berserker". Así de francos. ¿Por qué las películas de suspense tienden a liar al espectador con unas parrafadas complicadas y limitadas a la investigación? No vamos a encontrar nada de eso. Todo parece tan natural que resulta fascinante en una película de intriga actual. Aunque "Berserker" no es solamente eso. No se limita a ser simplemente una película de suspense, como ahora iremos contando.

La película comienza con un plano de un gato negro. Acto seguido vemos a una chica con bastante amnesia y en estado de shock a la que su hermano intenta hacerle recordar qué es lo que ha sucedido. Esto nos lleva a una cabeza humana pegada al volante de un coche. Un punto de partida de lo más sugerente, ¿verdad?


Esta historia llega un escritor en plena crisis creativa y sin mucho éxito de ventas con sus anteriores novelas, Hugo Vartán (Julián Génisson). La fecha de entrega de su próximo libro se acerca y Hugo, treinteañero que comparte piso en Madrid con la novia del hermano de la sospechosa de asesinato (actualmente ingresada en un hospital psiquiátrico) y que se alimenta a base de patatas y café, piensa que la historia de la cabeza puede ser una trama interesante digna de investigar para lograr así obtener un buen argumento para su novela. ¿Qué le llevó a una persona aparentemente normal a cometer esa barbaridad? A partir de aquí el protagonista descubre ciertos inquietantes hechos relacionados con el crimen, más complicados de lo que parecen, que harán que cada vez se involucre más en la investigación. Es mejor no seguir contando nada más de la historia de "Berserker" pues las sorpresas en la búsqueda de respuestas por parte del protagonista son notorias y merecen ser reveladas durante el visionado de la cinta. 


Este podría ser el argumento perfecto de un giallo, pero el estilo que Pablo Hernando imprime en "Berserker" es totalmente opuesto al del genial subgénero italiano. Más bien se aproxima al "Zodiac" (2007) de David Fincher en la manera en la que Hugo se envuelve dentro de la narración y la cronología, al igual que hacía el dibujante del Chronicle, Robert Graysmith (Jake Gyllenhaal) en la obra maestra de Fincher.

Se trata de la segunda película de Pablo Hernando (también guionista) tras "Cabás" (2012) y cortometrajes muy recomendables como "Agustín del Futuro" (2011) o "Magia" (2013). Un largometraje desconcertante que logra que el espectador se introduzca en la historia desde la primera secuencia hasta el final sin dejarle ni un minuto para sosegarse. El ritmo que consigue "Berserker" es admirable y muy inteligente.



Las actuaciones y el casting son magníficos. Hasta el papel más pequeño deslumbra. El personaje principal está brillantemente definido. Se trata de un investigador al más puro estilo noir pero adaptado a la España actual y sin ningún arma con la que defenderse. Con dificultades económicas que le impiden pagar el alquiler a tiempo y preocupado por su futuro laboral. Se impregna en la investigación solamente con una foto obtenida a partir de Facebook, y a partir de aquí siguen e-mails varios y un gps, y con la ayuda de su compañera de piso, Mireia (soberbia, Ingrid García Jonsson) como si se tratara de la Grace Kelly de "La ventana indiscreta" de Alfred Hitchcock. Y esa no es la única similitud con el cine del gran maestro. El uso de la tensión en la narrativa que utiliza Hernando, dosificando de manera perspicaz la información, lo acerca al maestro del suspense.


Hugo, obsesionado en su investigación, camina por un Madrid apagado como si fuera un personaje sacado del polar francés pero trasladado a la triste realidad actual de nuestro país. Y es que "Berserker" también contiene un gran retrato de la sociedad presente. 

El plano desde el punto de vista del interior de un coche por una carretera madrileña nos hace recordar al Lynch más oscuro. En la última parte de la película, Hugo visita a una rotativa en una escena magistral que parece rodada por el mismísimo Antonioni. Es conveniente no desvelar lo que supone esta escena pues haría un gran spoiler, pero su significado es agudo y sutil a la vez que muy desconcertante dentro de lo que supone la línea que separa la realidad de la ficción. Muy grande Pablo Hernando. 

Es un filme que tiene todo lo que podemos esperar de una gran película. Una obra misteriosa a la vez que realista. Realismo que se logra a través de una dirección ejemplar y una combinación de actores excelente que mantienen unas conversaciones nada forzadas. Todos los personajes interrogados en el filme son creíbles y todos ayudan a hacer el puzle cada vez más enrevesado a la vez que interesante e inteligente. La película funciona como relato detectivesco y psicológico a la vez que como imagen del fracaso de una generación que ha vivido una crisis económica y las consecuencias de la corrupción. Terror y retrato de la sociedad actual. 


Impecable la música del norteamericano Aaron Rux y su uso inquietante que ayuda totalmente a la narración y en ningún momento la entorpece, tal y como muchas películas de suspense suelen hacer al abusar de ella.

Su estreno tuvo lugar en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, el pasado noviembre de 2015, donde fue galardonada con el Premio Las Nuevas Olas. Y ahora no hay excusa para no ver esta gran obra, pues está incluida dentro de la programación del Atlántida Film Fest y al alcance de todos. Ya les advierto que no se arrepentirán de ver esta película dentro de este festival de cine on-line. Y para quien prefiera disfrutarla en pantalla grande la película se proyecta actualmente en los cines Aragó de Valencia. Una de las propuestas más sorprendentes del año. Una auténtica y exquisita joya realizada con un presupuesto muy limitado. Cine noir en la España actual.

Y para finalizar, añadir que el cartel realizado por Didac Alcaraz para la cinta, que podéis ver aquí abajo, es excelente.


"Berserker" (2015). Dirección: Pablo Hernando.

sábado, 9 de julio de 2016

Miradas: "Una mujer bajo la influencia" de John Cassavetes.

"Nunca diré que lo que hago es entretenimiento. Es investigación, exploración. Es hacerse una pregunta tras otra: ¿cuánto eres capaz de sentir?, ¿cuánto sabes?, ¿eres consciente de tal cosa?, ¿puedes manejar tal otra? Una buena película te planteará interrogantes que nadie te ha planteado antes, sobre cada día de tu vida(…) Una película es una investigación sobre la vida, sobre lo que somos (…) Me gusta ver cómo la gente se engaña a sí misma, no cómo engañan a otros. Mi cine hace perder a los personajes sus ilusiones, romper sus defensas. Hace que se descubran a sí mismos."


John Cassavetes es el más importante de los cineastas independientes americanos y precursor del cinema verité. Está considerado como uno de los pioneros de esta independencia que surgió como reacción contra el cine tradicional que se estaba haciendo en Hollywood, y del comité de Actividades Antiamericanas que fue promovido por el senador Joseph McCarthy entre 1947 y 1953. Su "Shadows" (1959), rodada en 16 mm y con un bajísimo presupuesto e implicación de todo el equipo en situaciones no forzadas, llegó a Estados Unidos al mismo tiempo que la Nouvelle Vague francesa y el Free cinema inglés y ofreció una libertad similar en América frente a la formalidad de las producciones de estudio, pero captando la espontaneidad de la vida que sucede en un momento determinado. El hecho de que el director trabajara con muy poco presupuesto, que no estuviera controlado por los grandes estudios, el rodaje totalmente en escenarios naturales, la improvisación de los actores frente a las escuelas de interpretación ("siempre he podido trabajar con cualquiera que no deseara éxito") o la forma con la que trataba ciertos temas sociales hicieron del largometraje un patrón a seguir por los nuevos cineastas independientes norteamericanos.



(John Cassavetes)

Cassavetes es uno de los pocos directores modernos con cuyas tomas, escenas, secuencias, personajes y diálogos de toda logramos identificar de manera instantánea a su creador. Esto sucede incluso al visionar unos pocos segundos de cualquiera de sus largometrajes. Son cintas donde el silencio no suele estar presente. Sus personajes cuentan sus vidas, dialogan, cantan, hablan, sufren, luchan, acusan. Pero ojo cómo lo hacen. Siempre buscó en todos sus largometrajes localizar la esencia de las relaciones humanas una vez despojadas estas de los ritos sociales que atan y mecanizan a las personas. "Nunca nada es tan claro como se ve en el cine. La mayoría de las personas no saben lo que desean o lo que sienten. Solamente en las películas se sabe bien cuáles son los problemas y cómo resolverlos."

Realmente, Cassavetes lo que exactamente filmaba eran estados de ánimo. Su filmografía está llena de atmósferas, buscando los sentimientos y las almas de los personajes: "necesito que los personajes analicen en serio qué es el amor, que lo maten, que lo destruyan, que se hagan daño".


"Una mujer bajo la influencia" narra la historia de una ama de casa de clase media-baja, madre de tres hijos, la cual no consigue adaptarse a las normas sociales y sufre una gran inestabilidad emocional debido a que intenta ser la madre perfecta y la esposa perfecta. Nick (Peter Falk) tiene que cargar con la responsabilidad de cuidar a su mujer, Mabel (Gena Rowlands, esposa de Cassavetes). Para ello lucha sin descanso para intentar mantener un ambiente de normalidad a pesar del anómalo comportamiento de su esposa, sin embargo, llega un momento en el que la situación afecta a sus hijos, de modo que no tendrá más remedio que tomar ciertas medidas. 


Cassavetes vuelve a plasmar en este clásico, con incomparable y extraordinario vigor, el retrato y la sensibilidad de una figura femenina, en este caso un ama de casa inestable e insegura con continuos cambios de humor que su marido, un trabajador que intenta comprenderla, se enfrenta a un grave problema ya que los interpreta como próximos a la locura. Esto le supera y se ve incapaz de resolverlo.


La rutina asfixia al personaje de Rowlands hasta extremos cercanos a la enfermedad. Pero Mabel, con un comportamiento errático y extravagante, realmente no sufre enajenación mental. Mabel no está loca pero su entorno percibe que sí. Es un espíritu libre pero frustrado por no poder expresarse tal y como es lo cual le produce altibajos emocionales muy marcados. Ama a sus hijos y adora a su marido, pero de una manera muy especial pues siempre se siente con la obligación de ser buena madre y esposa. Las convicciones sociales desembocan en un comportamiento atípico que Cassavetes refleja con su cámara a la perfección. Sufrimos por ella, nos metemos en su piel de una manera bestial. Una experiencia realmente conmocionante. Todo el largometraje es como una gran ventana al alma humana la cual contemplamos y no podemos quedarnos indiferentes. Es raro no sentirnos sumergidos en el mundo de Mabel cuando contemplamos la película. 

El talento de Rowlands es incuestionable, pero los métodos de su marido, que incluso cuestionaba su relación para conseguir ciertos registros, logran la perfección interpretativa. El personaje de Nick (estereotipo de machista) en ocasiones es algo violento. Hay una escena en la que sus hijos lo agarran por temor a que pegue a su mujer. No obstante queda reflejada la compasión de Cassavetes ante los personajes más oscuros.


El realizador se negaba a dar instrucciones concretas a los actores, la mayoría no profesionales e incluso amigos para lograr un buen ambiente de comunión, y estos nunca sabían cuándo estaba rodando y cuándo no lo hacía, dado su recelo a cortar las larguísimas tomas para mostrar más realismo. No le importaba si alguien salía de plano o quedaba fuera de foco. Todo era bueno en la interpretación para lograr una continuidad inigualable. Cassavetes no miraba a los actores como peones sino como compinches y socios. Eso le hizo ser un gran director de actores.


La mayor película de Cassavetes, con unas interpretaciones excelentes tanto de Gena Rowlands, uno de los mejores papeles femeninos de la historia del cine, como de Peter Falk. El realizador John Cameron Mitchell afirmó que era la película que cambió su vida y la interpretación de Gena la mejor que había visto en una película. Obra imprescindible para entender la esencia del cine.


"Una mujer bajo la influencia" (1974). Dirección: John Cassavetes.

miércoles, 6 de julio de 2016

"Macbeth" de Justin Kurzel.

Éste es el relato de un líder guerrero, comprometido en una guerra y que se empeña en reconstruir la relación con su esposa. Una historia de traición, remordimiento y sangre. Es una adaptación de la obra de William Shakespeare y se trata de una de las tragedias más importantes y solemnes de la literatura universal. 


Es probable que todo el mundo conozca el argumento de "Macbeth", pero por si acaso conviene hacer un pequeño repaso. Tras ganar una batalla decisiva, el fiel Macbeth (Michael Fassbender), duque de Escocia, recibe de tres brujas denominadas las Hermanas Fatídicas la predicción de que será rey, aunque sin dejar ninguna descendencia. Tras ser noblemente ascendido por el rey Duncan (David Thewlis), decidido a apresurar el vaticinio de las brujas e instigado por su esposa Lady Macbeth (Marion Cotillard), la pareja invita a Duncan a celebrar la victoria en su hogar. 


De esta manera aprovecharán la noche para asesinarlo, inculpando a sus guardias a los cuales duermen y consiguiendo así que la corona recaiga en la cabeza de Macbeth. A partir de aquí la culpa y la paranoia comiencen a corroerlos, sobre todo a él, que pasará de glorioso guerrero a tenebroso rey. La infamia, el poder, la codicia y la culpa entrarán en escena, en un contexto donde todos alrededor de la corona se convierten en sospechosos de conspiración contra el rey. 


Esta nueva adaptación del texto de William Shakespeare supone la segunda película dirigida por el australiano Justin Kurzel tras la interesante "Snowtown" (2011), cuya trama se basaba en los suburbios del norte de Adelaide, donde un asesino en serie, conoce a un adolescente y lo convierte en su cómplice. Kurzel tiene además una importante trayectoria como decorador de teatro en Australia, además de director de publicidad y de videoclips.


El trabajo de de Adam Arkapaw es remarcable, con una fotografía que está infectada por el uso del color, donde el rojo y la bruma se acentúan notablemente en todo momento. Justin Kurzel otorga prioridad a la imagen ostentosa antes que a las palabras. Quizás esto cause algo de revuelo entre los puritanos, pero tendiendo otras adaptaciones anteriores donde el texto intentaba mantenerse fiel, nos encontramos ante un logro que consigue acercar la obra de Shakespeare a las nuevas generaciones traduciendo a la pantalla el texto de un modo único evitando convertirse en un mero narrador. Aunque abusa considerablemente de la cámara lenta, sobre todo en las batallas en medio de la niebla. Pero la ambientación y los paisajes del invierno escocés (realmente se filmó en Escocia en pleno invierno) son muy impactantes y sombríos. 


Puede que sea la versión más oscura de "Macbeth", y si nos cuestionamos si es la mejor o no por supuesto no hay que olvidar la versión de Orson Welles (1948), "Trono de sangre" (una recreación de la tragedia, ambientada en el Japón medieval) dirigida de 1957 por Akira Kurosawa y la que a nivel personal me parece la mejor, la de Roman Polanski de 1971. La visión de Kurzel no logra superar a ninguna de ellas pero sí es épica, sombría, creativa, violenta y muy bestialmente efectiva. Y lo más importante, en sus primeros minutos logra que no pensemos en otra versión, lo cual es un hito bastante difícil teniendo precedentes a los citados Welles, Kurosawa y Polanski (poca broma). 


La personal realización de Kurzel logra humanizar a los personajes, sobre todo a Lady Macbeth, colosalmente interpretada por Marion Cotillard. Michael Fassbender otorga a Macbeth, cuya desesperación aumenta paralelamente a su ambición, un talante más violento, torturado y visceral que sus precedentes y consigue un gran trabajo de interpretación, sobre todo corporal. 



El público del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, que se celebra en Sitges, recibió la película con aplausos en su proyección del año pasado. Estamos ante un "Macbeth" estético, arriesgado, con una violencia muy creíble y que consigue por momentos fascinar al espectador.


"Macbeth" (2015). Dirección: Justin Kurzel.