domingo, 28 de enero de 2018

"Call me by your name" de Luca Guadagnino.

Que Luca Guadagnino es un director al que le gusta experimentar y no se casa con ningún convencionalismo estético a pesar de su estilo depurado, es algo que poco a poco vamos comprobando. Aunque hasta ahora teníamos la sensación que en todas sus obras faltaba algo, en esta ocasión nos hallamos ante una colosal película, a la que no le falta nada y todo está en su sitio, que combina una cuidada reconstrucción de la época de los años ochenta del siglo pasado con una hermosa fotografía y actuaciones exquisitas. Es un canto a la libertad, a los sentimientos genuinos, a la capacidad humana de desafiar obstáculos pero también una mirada a los mecanismos de la represión y la sublimación y la resignación como armas de supervivencia. 


"Call me by your name" adapta la novela homónima de André Aciman de 2007 (el guión viene firmado por Guadagnino junto con James Ivory, quien inicialmente iba a dirigirla) y describe de manera convincente la historia de Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de diecisiete años, que pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia, donde comienza a sentirse atraído a medida que transcurren las semanas por el encantador Oliver (Armie Hammer), el nuevo ayudante americano de su padre. De una forma muy sencilla logra contar una gran historia, sin estridencias ni tragedia, dejando de lado los costumbrismos de la época, como el pánico a ser descubierto, y la persecución social hacia el homosexual para centrarse en la melancolía de un primer amor y, al fin y al cabo, en el descubrimiento de uno mismo.






Una película de trayectos, literal y figuradamente. Los que toman los protagonistas, los que adquiere la narración, los que alcanza el sentido de esta propuesta inmejorable. Influenciado notablemente por el cine francés, en concreto Éric Rohmer, André Téchiné y Jacques Rivette, aunque con claras referencias a las producciones de Merchant Ivory, Guadagnino, en su filme más completo (que no perfecto), abandona sus extravagancias escénicas para filmar en celuloide una historia de amor universal; una bella reflexión sobre las emociones puras, el deseo y el desconcierto. La labor interpretativa de Timothée Chalamet (la nueva joven y anodina estrella de Hollywood) en esta película es esforzada pero no termina de funcionar como protagonista, lo cual enturbia notablemente el conjunto de la obra. Digna de mención es la selección de canciones, destacando las composiciones de Sufjan Stevens, que logran acompañar formidablemente cada momento emocional.



"Call me by your name" (2017). Dirección: Luca Guadagnino.

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