viernes, 12 de agosto de 2016

"Spotlight" de Thomas McCarthy.

"Spotlight" es una película correcta. Más que correcta. Es sencilla pero tiene un ritmo muy acertado y una buena dirección. Nada arriesgada, eso sí. No vamos a encontrar aquí ningún plano que se salga de las normas. Yo la definiría como una película "académica". Quizás por eso ganó el Óscar.


Lo más curioso y reseñable es que las mejores interpretaciones no las realizan los protagonistas, aunque no haya realmente un protagonista destacado ya que es un largometraje coral, sino los testimonios a los que entrevistan. 


Rachel McAdams no es una actriz con muchos registros. La cosa no da para más. Encontramos en ella las mismas expresiones que en su personaje de la desastrosa segunda temporada de "True detective" (¿qué se tomarían los responsables de casting de esa serie mientras trabajaban?) que no se parece en nada al de aquí. Al igual que Mark Ruffalo y Liev Schreiber que siempre se quedan justitos. John Slattery, el peor de todos en su trabajo, resulta totalmente anodino y la presencia de Brian d'Arcy James es insignificante en la trama. Michael Keaton le pone empeño, pero le falta mucho mucho carisma a su personaje. Bueno, sinceramente creo que ninguno tiene carisma. Sin embargo Stanley Tucci está realmente brillante. Pero esto no es ninguna novedad. ¿Cuándo Stanley Tucci no está brillante? 

Los testimonios a los que entrevista el equipo de Spotlight son los que salvan la papeleta robando planos a los periodistas de una manera contundente. 


En "Spotlight" un reducido equipo de reporteros de investigación del Boston Globe destapó en el año 2002 los brutales escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas del estado de Massachussets. La publicación de estas barbaridades, que la archidiócesis de Boston por supuesto intentó ocultar, sacudió a la Iglesia Católica como institución. Aunque luego las cosas han seguido como han seguido, esto fue un hito periodístico.


A pesar de que estos hechos (desgraciadamente) fueron reales, la película no se centra en la pederastia sino en el proceso de investigación de los propios hechos. Y lo hace gracias a un guión muy sólido. Uno de los entrevistados retrata verbalmente en menos de un minuto cómo funcionan los abusos físicos y espirituales de la Iglesia Católica. Es tan contundente esta escena que no necesitamos ninguna imagen que la complemente. Es de agradecer que el guión no sea nada enrevesado. Es decir, en ningún momento vas a perderte dentro de la investigación. Y va al grano. Prácticamente no sabemos nada de las vidas personales de los protagonistas al margen de su trabajo periodístico. Poco importa, por otro lado.

Como he dicho anteriormente tiene mucho ritmo. La banda sonora de Howard Shore, en un trabajo muy distinto al que nos tiene acostumbrados, ayuda mucho. En las escenas donde los periodistas buscan entre los archivos el tratamiento de la música es soberbio.


El espíritu de las películas americanas de los años setenta está muy presente, especialmente "Todos los hombres del presidente" (1976) de Alan J. Pakula, cinta que todo el mundo debería ver por lo menos una vez en su vida.

También hay que destacar la visión que el director nos da de una ciudad llena de vida. Boston está muy bien retratada. Vemos a su gente, sus calles, sus edificios. Thomas McCarthy no es Jonathan Demme ni parece que lo pretenda, pero logra conseguir que la ciudad sea un personaje más de la trama.


Estamos pues, ante una propuesta interesante. Mejorable, eso sí, pero muy atrayente y sugestiva desde el primer momento.




"Spotlight" (2015). Dirección: Thomas McCarthy.

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