jueves, 25 de agosto de 2016

"Green room" de Jeremy Saulnier.

Anton Yelchin, nacido en San Petersburgo (Rusia), conocido por sus papeles en el reboot de la saga "Star Trek" y en "Alpha Dog" (2006) de Nick Cassavetes y una de las grandes jóvenes promesas de Hollywood, murió el pasado junio en un extraño accidente cuando fue atropellado por su propio coche en la entrada de su domicilio con tan solo veintisiete años. La noticia conmovió a la industria por el cariño que se había ganado el joven actor.


Este verano hemos disfrutado de una de sus últimas interpretaciones en "Green room", la tercera cinta dirigida por Jeremy Saulnier tras la aplaudida y premiada "Blue ruin" (2013). En ella, Yelchin interpreta a un miembro de una banda de punk (The Ain't Rights) que, tras presenciar junto con el resto de su grupo un misterioso asesinato de una chica en un bar, todos ellos son encerrados en una habitación del peculiar local por los autores del homicidio: unos neonazis bastante chungos y turbios que reivindican la supremacía blanca. El letal líder de la aterradora pandilla es el dueño del bar (un perverso Patrick Stewart), un cabecilla que bajo ningún pretexto quiere dejar testigos de lo sucedido y mantener en secreto la matanza, por lo que el futuro del grupo de punk corre bastante peligro.





A partir de aquí la película se transforma en un intenso y aterrador survival y en un thriller de asedio, repleto de inventivos giros, donde todo el elenco protagonista está realmente brillante (desde el grupo musical a todos los cabezas rapadas de los bosques de Oregón, donde se desarrolla la trama) y confirma a Saulnier como uno de los directores de género más interesantes de la actualidad, esta vez en un largometraje muy diferente a su anterior "Blue ruin" (una espectacular y también muy recomendable cinta de venganza). 



Destaca lo rápido que el espectador se pone debajo de la piel de las presas de los skinheads, estos últimos repletos de perros de caza, escopetas y machetes, por lo bien definidos que están los personajes y el carisma de todos los actores. Esto es raro de ver en un survival actual donde las interpretaciones parecen trasladarse a segundo plano. 


A pesar de contar con un argumento grindhouse que sonará a serie b totalmente, "Green room" está dirigida impecablemente y de la mejor manera posible con una maestría tremenda por un realizador que es un gran maestro de la manipulación narrativa. Aquí demuestra también controlar en todo momento el sentido de la claustrofobia y la desesperación.

Muy intensa, emocional, entretenida y con un ritmo vibrante donde no falta el humor negro, "Green room" es una obra deliciosamente feroz y una de las mejores cintas de la temporada.


"Green room" (2015). Dirección: Jeremy Saulnier.

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