lunes, 7 de noviembre de 2016

"El hombre de las mil caras" de Alberto Rodríguez.

No lo tenía nada fácil Alberto Rodríguez para superar a su anterior película, uno de los mejores thrillers nacionales de los últimos años (y de siempre) que combinaba el policíaco, el cine de asesinos en serie, secuestros y desapariciones con un impagable retrato de la vida rural de comienzos de los años ochenta. La atmosférica "La isla mínima" (2014) se ha convertido en uno de los neo-noir imprescindibles de nuestro cine. El listón estaba muy alto y parecía que Rodríguez se sentía cómodo realizando estas láminas negras de historias de épocas pasadas (aunque no muy lejanas). Así que... ¿supone cierto riesgo volver al negro retrato de la sociedad cuando has tocado techo? 



De nuevo junto a Rafael Cobos en el guión, esta vez adaptan el texto Manuel Cerdán y vuelven a donde se habían quedado antes de "La isla mínima": a contar una historia basada en hechos reales mucho menos turbadora pero no menos turbia. Viajamos a 1994, un año en el cual aún se podía fumar en los aeropuertos. El 29 de abril Luis Roldán, exdirector de la Guardia Civil, se da a la fuga. Francisco Paesa, un ex agente secreto del gobierno español que fue responsable de la operación contra ETA más importante de la historia, se vio envuelto en un caso de extorsión en plena crisis de los GAL y huyó del país. Cuando regresa años después está totalmente arruinado. Roldán le visita y le ofrece un millón de dólares si le ayuda a salvar 1.500 millones de pesetas sustraídos al erario público.



Así comienzan las aventuras de Paesa y Roldán. Los actores que les dan vida son Eduard Fernández y Carlos Santos. El primero no necesita de ninguna presentación pues lleva años demostrando que es de lo mejor que tenemos. Y el segundo da vida al famoso fugitivo de un modo magnético. La poderosa presentación del personaje ya invita a que observemos el trabajo de Santos. Un gran descubrimiento. Y ahí no queda todo. El elenco al completo tiene un dominio escénico bárbaro y una química feroz cuando interactúan.



Ritmo, energía, precisión, contundencia. Todo está muy bien medido por Rodríguez. Parece que se siente muy cómodo contándonos lo que somos, de dónde venimos y porqué pasa hoy en día lo que pasa. ¿Arriesga? Mucho. Cuando todas las miradas están puestas en él resuelve la papeleta de "la película siguiente" con una pieza de espionaje como nunca hemos visto hasta ahora. 



"El hombre de las mil caras" (2016). Dirección: Alberto Rodríguez.

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