jueves, 17 de noviembre de 2016

"Tarde para la ira" de Raúl Arévalo.

Dirigir era el deseo de Raúl Arévalo desde incluso antes que comenzara en el mundo de la interpretación con apenas dieciséis años. Se enamoró del teatro y quiso ser actor, pero siempre con el sueño de dirigir algún día. Posiblemente, por el hecho de que sea actor, ha dado mucha confianza y libertad a los intérpretes en su trabajo en "Tarde para la ira", su primer largometraje. "Al ser actor también sabe lo que el actor necesita" ha manifestado Ruth Díaz, a la que la cámara de Arévalo se acerca de manera rotunda en uno de los mejores momentos de este viaje sin retorno a la venganza.


El mostoleño tenía en mente referentes como "Un profeta" (2009) de Jacques Audiard y el cine de Querejeta mientras confeccionaba su ópera prima como realizador. Y se nota. pero también está muy presente el cine de Carlos Saura. La idea parte de hace ocho años cuando Raúl Arévalo escribió el guión con su amigo David Pulido. Desde el inicio pensó en Antonio de la Torre y en Luis Callejo como los protagonistas y se nota el profundo respeto que muestra por sus personajes. La enorme energía y la pasión con la que se ha dirigido está en el resultado final. 


José (Antonio De La Torre), un hombre de clase media-alta de Madrid, se introduce en la vida de unas personas de una barrio de la periferia madrileña (rodado en Usera). Tenía unas ilusiones que se vieron truncadas y tiene que decidir si sigue adelante con su vida o si decide vengarse. Curro (Luis Calleja) pasa ocho años en la cárcel por proteger a su familia y al salir se da cuenta que las cosas han cambiado mucho. Ana (Ruth Díaz), su pareja, se ha acostumbrado a vivir sola y quiere borrar el pasado y empezar de nuevo. Este es el trío protagonista de esta travesía al infierno. Portentosa es la interpretación de Luis Calleja dentro de un gran elenco en el que también destaca Manolo Solo, al que vimos en "La isla mínima" (2014) de Alberto Rodríguez y quien interpretó de una manera sensacional al juez Pablo Ruz en "B, la película" (2015) de David Ilundáin. Es precisamente la secuencia en la que interviene donde se desata la ira del protagonista de una manera extraordinaria, con naturalidad y eficacia. Lleva años esperando ese momento y se ve totalmente reflejado en las imágenes que vemos. Arévalo, sin timidez alguna, se interesa por la motivación de la violencia que a continuación sucede, logrando un acercamiento al cine de Nicholas Ray.


"Tarde para la ira" es una cinta emocionante donde el guión en ocasiones es algo previsible. El primer giro, relacionado con el personaje de Antonio de la Torre, está tan cantado desde el comienzo que resulta algo redundante. Sin embargo, el segundo, que desencadenará el sorprendente final filmado con total honestidad donde se revelan los sentimientos del trío con total desnudez, sí resulta muy inesperado. Aunque la historia parece algo vista su dirección es admirable. El estilo que consigue Arévalo muestra dosis de neorrealismo en los paisajes de barrios madrileños, donde el largometraje demuestra que ha contado con un excelente diseño de producción. Un carácter muy urbano en todo momento es el que logra en una de las películas españolas con mejor factura de este año. Parece que controla esta tensa y muy contundente película desde su comienzo. A Sam Peckinpah le gustaría.


"Tarde para la ira" (2016). Dirección: Raúl Arévalo.

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