miércoles, 21 de diciembre de 2016

Miradas: "Holy Motors" de Leos Carax.

¿Qué sucede cuando el rostro del cine se mira en el espejo y lo que ve es una máscara? ¿Qué ocurre cuando es incapaz de reconocerse a sí mismo? 



Si algo caracteriza al cine del siglo XXI es que, más allá de la estética de las producciones, se ha producido un giro hacia la reflexión que cuestiona cualquier tipo de convencionalismos. Este pensamiento también implica meditar sobre lo que significa el cine y además haciéndolo desde dentro. Por supuesto, esto ha sucedido anteriormente, pero Leos Carax lo eleva hasta límites donde nadie había sido capaz de llegar. Estamos hartos de escuchar que “Holy Motors” es un homenaje al cine y a los actores. Si nos quedamos con esa simple idea no hemos entendido nada. 



Es incuestionable que dentro de este puzzle cinematográfico existe una clara investigación y reflexión histórica, pero no hallamos aquí, en el que probablemente sea el largometraje más importante en lo que va de siglo, ningún tipo de homenaje pretendido. Es más, lo que logra el realizador de “Los amantes de Pont Neuf” es exponer cualquier idea preconcebida que tengamos sobre el cine para acto seguido destruirla edificando un majestuoso artefacto explosivo para demolerla. Una máquina construida a base de espejos rotos donde es muy difícil apreciar el verdadero rostro del séptimo arte. 



Tras guiar a un metamórfico Dennis Lavant por múltiples rincones de París, algunos incluso inaccesibles, Edith Scob baja de la limusina y se pone una careta. Aquello que para la actriz fue un obstáculo en esa gran obra de Georges Franju que es “Los ojos sin rostro” ahora es una liberación. Busca de nuevo esa máscara que cubrió su rostro en el pasado, se la coloca de nuevo, cuestiona toda su vida anterior, se siente cómoda con ella y se aleja. Y nosotros, los espectadores, debemos quitárnosla para admirar sus rasgos, su aspecto, su relevancia. Leos Carax ha matado al cine. El cine muere, para acto seguido revivir. Y nos ha enseñado lo que debe ser el cine después del cine. Muerte y metamorfosis del cine.



"Holy Motors" (2012). Dirección: Leos Carax.

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