Resulta curioso que el trabajo más elogiado de Leonardo DiCaprio sea una de sus interpretaciones más homogéneas. No es que el bueno de Leo haya realizado mal su trabajo, es que el reto no da para más. Una historia de acción, soledad y superación en un territorio en continuo combate y en condiciones terribles donde el actor sufre y sufre. Nada más.
Nos encontramos en la tercera década del siglo XIX en un espacio absolutamente incómodo. Una tierra hostil en las profundidades de la América salvaje, donde el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) sobrevive con su hijo mestizo participando en una expedición de tramperos. Siempre alerta, recorren lugares infernales en busca de pieles enfrentándose a los nativos norteamericanos. Gravemente herido debido al ataque de un oso, Glass es abandonado por John Fitzgerald (Tom Hardy), un miembro de su equipo, por lo que deberá sobrevivir al crudo invierno con la climatología en su contra y los nativos acechando para poder lograr su venganza.
Nos encontramos en la tercera década del siglo XIX en un espacio absolutamente incómodo. Una tierra hostil en las profundidades de la América salvaje, donde el explorador Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) sobrevive con su hijo mestizo participando en una expedición de tramperos. Siempre alerta, recorren lugares infernales en busca de pieles enfrentándose a los nativos norteamericanos. Gravemente herido debido al ataque de un oso, Glass es abandonado por John Fitzgerald (Tom Hardy), un miembro de su equipo, por lo que deberá sobrevivir al crudo invierno con la climatología en su contra y los nativos acechando para poder lograr su venganza.
La venganza es el único horizonte de un personaje totalmente plano. Ejecutado con muchísimo entusiasmo, eso sí, y envuelto en un caramelo muy goloso con el objetivo de impresionar a la audiencia como es "El renacido", la última película de Alejandro González Iñárritu, un tour de force en hermosos parajes para incomodar al espectador pretendiendo que sufra como sufre su protagonista con cada herida que le provocan todos los retos (por decir algo) a los que se ve sometido. El truco ya usado anteriormente por este realizador de la odisea sensible. Sin embargo lo que consigue es aburrir con sus dos horas y pico de duración donde no hay ninguna mesura a la hora de controlar los tiempos narrativos. Por el contrario, Tom Hardy, construye un personaje que evoluciona de manera gigantesca al lado de un DiCaprio definitivamente anodino.
Quizás se equivoca González Iñárritu en darnos lo mejor al comienzo, donde los tramperos son atacados brutalmente por los oriundos (en una secuencia realmente trepidante y elaborada magistralmente) para ir poco a poco desinflándose hasta llegar a un desenlace más que pronosticable.
Quizás se equivoca González Iñárritu en darnos lo mejor al comienzo, donde los tramperos son atacados brutalmente por los oriundos (en una secuencia realmente trepidante y elaborada magistralmente) para ir poco a poco desinflándose hasta llegar a un desenlace más que pronosticable.
"El renacido" (2015). Dirección: Alejandro González Iñárritu.
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