lunes, 27 de junio de 2016

Miradas: "La gente del arrozal" de Rithy Panh.

El realizador Rithy Panh, el más importante cineasta camboyano, ha recibido durante estos días el Premio Luna de Valencia y ha presentado su retrospectiva en Cinema Jove. El prestigioso autor de películas como "La imagen perdida" (2013) y "S-21: la máquina de matar de los Jemeres Rojos" (2003), ha mantenido encuentros con el público durante su visita al festival valenciano. El realizador perdió a toda su familia bajo el genocidio perpetrado por los Jemeres Rojos en Camboya, con tan sólo 13 años. 

Logró escapar a Tailandia, donde permaneció en un campo de refugiados. Panh permaneció recluido en un campo de rehabilitación del Khmer Rouge hasta que huyó a Francia, cursando estudios cinematográficos en París, donde logró rehacer su vida. Su cine, su compromiso frente al genocidio y la crítica socio-económico-cultural de su patria han contribuido a cimentar la figura de Panh como referente moral en la recuperación de la memoria cultural, artística y social que el régimen de Pol Pot intentó arrasar. 


Rithy Panh se inspiró en la novela "Las trampas del camino", de Shanon Ahmad. "La gente del arrozal", de 1994, rodada en 35 mm, es una de sus obras más sólidas, aunque realmente no sería la expresión más adecuada para definir la película ante su filmografía porque toda ella muestra una gran solidez. Narra la historia de Vong Poeuv (Mom Soth), de su mujer Yim Om (Peng Phan) y de sus siete hijas. Una familia, como al igual que toda la aldea, diezmados por el holocausto del gobierno de Pol Pot y el Khmer Rouge. El cultivo del arroz es lo que da sentido a las vidas de esta familia camboyana dentro de un panorama poco esperanzador dado que la tierra es pequeña y la familia numerosa. El equilibrio es muy frágil y las penurias de la familia se incrementan cuando un incidente banal transforma el ciclo de la vida en un ciclo de muerte. El padre se hiere de manera leve en un accidente laboral, pero esto le traerá graves consecuencias a su familia, ya que su mujer tiene que hacerse cargo de la cosecha. Una tarea que exige gran vigor y responsabilidad dado que las inundaciones ocurren frecuentemente, además de la presencia de una cobra (señal de maldición) que atemoriza a la población. A pesar de las desgracias, la vida sigue.


Esta es la primera película de Camboya que participó en el Festival de Cine de Cannes compitiendo por la Palma de Oro 1994, donde la ganadora fue "Pulp Fiction" de Quentin Tarantino y con Clint Eastwood de presidente del jurado. El mismo año, también fue el primer largometraje camboyano nominado para el Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, que finalmente ganó "Quemado por el sol" del ruso Nikita Mijalkov. Pero Panh consiguió demostrar que en Camboya también se hacía cine y de una gran calidad.


El ritmo nunca falla ante las más de dos horas de duración. Se trata de una muestra delicada, exótica y observadora de cine camboyano donde Panh cuenta casi a modo de documental la vida cotidiana de la familia, cuyo sustento depende completamente del arroz (magnífica la manera en la que Panh nos enseña la relación entre los camboyanos y el arroz que les sustenta), con todos los peligros que eso conlleva y logra que el espectador capte el sentir de la aldea. En esta película no encontramos grandes recursos cinematográficos, pero eso la hace más humana y cercana a todos. Un trabajo muy honesto de un cineasta combativo que nos ayuda a entender las dificultades que sufren lugares del mundo a los que no estamos acostumbrados a ver en los circuitos comerciales de cine. Un reflejo necesario para concienciarnos sobre cómo viven estos pueblos lejanos frente a la ignorancia de la sociedad de consumo de las nuevas generaciones. 

Y cabe destacar en este largometraje tan humanista la cautivadora dirección de actores que consigue, sobre todo en los papeles de la madre y de la hija mayor. 



( Rithy Panh)

Fue el primer largometraje de ficción dirigido por Rithy Panhy, que hasta entonces se había abocado a documentales centrados en la actualidad de su país y plantea una metáfora del sufrimiento, angustia, dolor y la ausencia de futuro de su propio pueblo durante y tras el genocidio. Volviendo al tema de Cannes y ya con la perspectiva que da los años, quizás "La gente del arrozal" hubiera sido la justa ganadora.


"La gente del arrozal" (1994). Dirección: Rithy Panh.


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