viernes, 30 de septiembre de 2016

"Elle" de Paul Verhoeven.

Jacques Rivette, maestro de la Nouvelle Vague (quien nos dejó este año), consideraba que "Showgirls" (1995) era "una de las grandes películas estadounidenses de los últimos años". Sin embargo, la que hoy es una cult movie en toda regla y la que el tiempo ha situado como una de las mejores cintas de su época, tuvo unas críticas demoledoras en la prensa americana. Hubo entonces quien incluso tachó a su realizador de xenófobo y machista. Paul Verhoeven quiso que "Elle" se produjera y se realizara en Estados Unidos pero todas las puertas se le cerraban cuando los estudios leían el guión. Imagino que productores y actrices quedarían espantados después de descubrir el libreto, así que no vio ninguna posibilidad y decidió realizar el proyecto en Francia. Después de las superlativas críticas recibidas, más de una lo estará lamentando.


En "Elle", el autor de "Instinto básico" (1992) revisa un libro de Philippe Djian con una protagonista de lujo. Michèle (Isabelle Huppert) una mujer fuerte y decidida que un día es asaltada y violada por un misterioso enmascarado en su propia casa. Lejos de denunciar los hechos, se da un baño, limpia su hogar y actúa como si no hubiera pasado nada. Pero cuando descubre que el asaltante puede ser alguien de su entorno todo da un giro en la vida de nuestra heroína y su existencia se convierte en un descontrolado juego donde nunca nada es lo que parece y todos los componentes de la vida social de Michèle son jugadores en una partida donde el deseo de esta retorcida mujer es el motor que la impulsa.

"Elle" es valiente. Totalmente valiente y libre. Confundir esto con provocación es muy reaccionario. Paradigma del talento del maestro Verhoeven de cómo contar una historia y sacudir a los espectadores más retrógrados, no se trata de una propuesta apta para carcas. Esta comedia negra con una astuta dosis de sadismo luce factura absolutamente exquisita y es una obra maestra del entretenimiento con excelentes interpretaciones. Y es fascinante de principio a fin. No se trata de un thriller exactamente ya que su tema prinicpal no es encontrar al violador. Puede que haya hasta cuatro géneros combinados, incluso más. Eso sí, su humor negro destaca sobre todos. 


Aunque "Elle" por momentos recuerda a Erich von Stroheim y quizás a Georg Wilhelm Pabst, y supone toda una atrevida lección cinematográfica de la depravación moral muy difícil de encontrar en el cine de este calibre. En pleno siglo XXI hemos retrocedido en cuanto a lo políticamente correcto y la propuesta de Verhoeven tuvo que aterrar a los productores americanos. "La hija de un asesino en serie que disfruta cuando la violan. ¿Qué hacemos con esto? Huir". Sin embargo, Francia, además de ser el escenario de los hechos narrativos de la novela, se entregó con coraje y energía a esta película tan atractiva, inquietante, perturbadora, turbia y moralmente desquiciante para las mentes cerradas. Pero más allá de este hecho destaca la libertad con la que el director ha podido trabajar al igual que lo hicieron von Stroheim en "Avaricia" (1924) y Wilhelm Pabst en "La caja de Pandora" (1928), cintas con las que "Elle" tiene mucho en común. Su dosis de suspense (aunque la intriga no es el asunto central de la engañosa trama)  también lo acerca a Hitchcock: a "Crimen perfecto" y "La ventana indiscreta" (ambas de 1954). La protagonista sufre algún que otro ataque a lo Grace Kelly y a su vez es voyeur de su vecino sin moverse de su habitación. 


Las comparaciones con "La ceremonia" (1995) de Chabrol y "La pianista" (2001) de Haneke no se han hecho esperar. Huppert es una de las actrices predilectas de dichos realizadores y sus roles de mujer áspera y manuladora en las dos películas son ya icónicos. Aunque Michèle es muchísimo más inesperada que Jeanne y Erika. Y "Elle" gana a los dos largometrajes. Verhoeven, con el sexo y la violencia (de nuevo) como temas centrales en un mundo lleno de hipocresía y falsedad, ha logrado sacudirnos de nuevo de un modo muy sofisticado, enfermizo y fascinante a la vez. Y de un modo en que, en manos de otro, hubiera resultado una caricatura. 

Una de las grandes obras maestras del reciente cine francés, de un poder narrativo sin igual, definitivamente imprescindible. Impecable realización. La excelente, magnífica y grandiosa Huppert, que se atreve íntegramente con todo, vuelve a lograr sus mejores cotas de interpretación. Y van más de cien películas.


"Elle" (2016). Dirección: Paul Verhoeven.

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